Sociólogos alemanes proponen boicotear el ránking académico


La manera en que se evalúa de la labor académica  ha sido cuestionada por los sociólogos de la  Universidad Friedrich Schiller de Jena (FSU), universidad fundada en 1558, donde fueron profesores, entre otros, Fiedric Hegel, Friedrich Schiller o hizo su doctorado Karl Marx.
Los sociólogos alemanes, cuestionan el hecho, hoy globalizado, de que se esté adoptando para las "universidades y otras instituciones de educación superior unos cambios estructurales guiados por los principios de la universidad empresarial", universidad para negocios, como fundamento para orientar la labor académica y científica, y para asignar los recursos públicos.
Los sociólogos de la Universidad de Jena, luego de alcanzar un puntaje superior en el ranking de universidades de su país, critican la lógica que inspira los formatos para evaluar y calificar las universidades, pues es instrumento "para establecer culturas competitivas en el ámbito académico". El criterio central es que  competencia no es ni mucho menos sinónimo de calidad y rigor científico. Ese modelo de competencia, impulsado en la mayoría de los países, produce sistemáticamente vencedores y perdedores, pero no ayuda a que mejore la calidad del trabajo universitario,  que debe orientarse por el rigor científico, la creatividad, la pertinencia social o el trabajo en equipo, entre otros criterios.
El Instituto de Sociología, de la Universidad de Jena, en consecuencia, decidió abstenerse de participar en las  rondas anuales de esta competición, que no es, ni mucho menos, la forma de alcanzar calidad; como máximo, en nuestra experiencia, suele generar stress , síndrome de burnout, afán patológico por aparecer en listas y tener "productos", trámites  insulsos y pocos resultados innovadores que aborden con éxito problemas de nuestra realidad.
A la decisión de boicotear el sistema de Rankin alemán de universidades se sumaron 34 programas, institutos y departamentos de sociología de igual número de universidades alemanas. Además tres universidades donde no existe programa de sociología se sumaron al boicot, y  algunos programas de medicina y de periodismo.
Para más información, visitar:
stio de la Unversidad de Jena, donde está colgada la declaración en Inglés:
 

SOCIOLOGÍA NO DEBERÍA SER SUPRIMIDA EN LA UNIVERSIDAD COOPERATIVA



Una universidad como la Cooperativa de Colombia, de origen social y solidario, y que se declara poseedora de una visión integral de la compleja sociedad contemporánea, preocupada por responder con creatividad, calidad científica y técnica y con  pertinencia social e histórica  a las exigencias aceleradas del momento, es decir  a los problemas auténticos de la realidad nacional, debería, por lo menos consultar la opinión de la comunidad universitaria su evidente decisión de terminar  con el progrma de Sociología, más aún cuando esta experiencia académica tiene en la Cooperativa cuarenta años de existencia, y antecedentes en las instituciones que dieron origen a la Universidad, en su etapas del originario compromiso solidario, hace más de cincuenta años.
Pero veamos porque afirmamos lo anterior:

  • ·En nuestro país y en la  Latinoamérica  vivimos una fase histórica de vinculación acelerada y desigual, no sin traumas, a los procesos de la llamada globalización, tema eje de la discusión sociológica contemporánea, con impactos diversos en la vida económica, tecnológica,  ambiental y cultural, en la población de los niveles locales, regionales y nacionales.
  •  Colombia, ante la expectativa de la comunidad internacional, vive un momento trascendental de su historia: se negocia un probable final del conflicto armado entre el Estado y grupos insurgentes que nacieron en el conflicto social y han evolucionado atados a los problemas aplazados del mundo rural, espoleados en la acción violencia por las degradantes anomias del sistema económico colombiano e internacional. Seguramente viviremos  el llamado posconflicto, que está demostrado internacionalmente, requiere que también las universidades y en particular la Cooperativa, se comprometan en el abordaje y solución de los problemas de poblaciones que padecieron y padecen el conflicto interno.   Este hecho representará, por ejemplo, una oportunidad para el modelo solidario, a condición de estudiarlo, entenderlo,  promoverlo y transformarlo con apoyo en la ciencia social en alianza con las demás ciencias y disciplinas.
  •    Asi es que los temas del mundo rural colombiano -abordados por la sociología rural-  característicos en cada región de nuestra multicultural sociedad, se colocan cada día más en el centro de los temas nacionales y esto se profundizará si se llega a procesos de superación del conflicto armado.
  • Una universidad que advierta la importancia trascendental de entender e incluir en los procesos formativos, los temas sociales, tales como los cambios en la política, la dirección y administración de lo público,  el sistema educativo, la organización laboral, la participación ciudadana o las relaciones eco-sistémicas de la sociedad y la naturaleza, o la religiosidad o el arte, pero también  los procesos organizativos de la sociedad civil local y nacional, los llamados nuevos movimientos sociales,  como los movimientos juveniles, los de género, las minorías étnicas y culturales o los LGTB, una universidad consiente de esto, insistimos, no cerraría la facultad de sociología, donde estos temas tienen territorio natural, sin la menor consulta a la comunidad estudiantil y profesoral.

Ciertamente estos son temas dignos de  polémica y estudio juicioso, como lo es todo en nuestra realidad e historia nacional y por eso no se comprendería que con un argumento no explícito y prejuicioso sociología se liquidara.  Es que se dice en diferentes espacios que en sociología son muy críticos, debaten la irrefutable visión oficial o apoyan la organización para expresar  preocupaciones de profesores, estudiantes, empleados y hasta directivos divergentes de las  visiones construidas desde el centralismo. Es que es cierto que sociología es una ciencia básica de lo social, y claro cuestiona desde los fundamentos el conocimiento sobre las relaciones y hechos de la realidad. Pero no es democrático tatar de callarla con medidas verticales, por el contrario se esperaría que se permitiera el funcionamiento de los mecanismos reconocidos en todas las sociedades modernas de debate racional, democrático y critico propio del medio universitario, para tomar medidas que en lugar de acallar contribuyeran a relanzar sociología en la UCC y en la sociedad, que tan oportuna y pertinente sería para la propia universidad.
Decimos esto porque desconocemos realmente las razones que ha tenido la dirección de la  Universidad para excluir sociología de los procesos de ingreso de nuevos estudiantes, (ver sitio web de la UCC ) de negar el acceso a nuevos aspirantes - que alcanzaron a llegar a más de cien hace dos periodos- hasta cuando con una intervención improvisada y hostil se inició el desmonte de lo alcanzado en varios años, mediante la improvisación de profesores de cátedra, que pretendían remplazar los docentes dedicados a investigación, intervención y docencia y la negación de matrícula a los estudiantes nuevos admitidos, como ocurrio en este semestre.
Sociología en la Universidad Cooperativa de Bogotá, aportó en los últimos años creando uno de los primeros grupos de investigación inscritos y registrados en Colciencias, diseñó y ejecutó proyectos interdisciplinares en alianza con las facultades de Administración, Derecho y finalmente diseñó con Ingeniería proyecto para Colciencias, que desafortunadamente no alcanzó a ser avalado por la dirección de la Universidad.  Impulsó procesos de internacionalización y de formación doctoral de docentes, con sus propios recursos. Igualmente se vinculó académicamente y hasta contractualmente a entidades de la administración pública de la Ciudad y de la región. Diseño una maestria de desarrollo local, apoyó procesos de organización de ciudadanos en diferentes instancias y de formación de líderes sociales yde actores de procesos de desmovilización del conflicto, aportando así a la paz de la sociedad colombiana.
Y todo esto lo hizo un pequeño equipo de egresados con vocación docente e investigativa, que inicialmente con trabajo voluntario que aportaron teoricamente por cerca de dos años (2002-2004) para reactivar el programa, que una vez reactivada fueron apoyados por profesionales que se vincularon , hasta lograr consolidar  un equipo interdisciplinar, eficiente, solidario y creativo que  logró el registro calificado en un proceso claro, sin dificultades, ni observaciones, logrando el registro, que se debería revalidar el año entrante.
Nunca en el periodo en que este equipo estuvo coordinando (2004-2012) la facultad de Sociología faltaron estudiantes para completar las exigencias de la Universidad, por el contrario en algún momento promovió tres periodos en un año para lideres sociales y cooperativos, experiencia que no fue comprendida ni respaldada por la dirección seccional. 
Pero cuando en el segundo periodo de 2012, una vez se intervino la facultad, mediante subrepticias maniobras se impuso un coordinador que previamente se separó deslealmente del proceso asociativo de naturaleza gremial, para asumir la tarea de promover decisiones que tienen hoy el programa sin oferta para nuevos estudiantes, es decir matándola por sustracción de nuevas generaciones de estudiantes, de origen popular que tienen en la facultad de la Universidad Cooperativa el único programa con horario nocturno y precio asequible.
Pero existen otros argumentos: el tamaño de la facultad, seguramente no sería sostenible económicamente, cosa que no es cierta pues siempre ha sido plenamente sostenible económicamente, aunque claro no arroja excedentes enormes, tan solo pequeños;  pero tampoco costos que exijan trasferencia desde otras dependencia al interior de la universidad. Plantean en los corredores que doscientos alumnos son muy pocos comparados con los promedios de otras disciplinas y profesiones, que no son ciencias básicas. Pero es bueno que se conozca qué programas de sociología son solo seis en Bogotá y solo 16 en el país,  y la mayoría con números de alumnos mucho más pequeños, pero estos programas aportan a las universidades, que los impulsan, comprenden y exigen en lo científico básico en lo social, cultural e investigativo.
La sociología, debemos recordar es una ciencia básica respecto a las ciencias y disciplinas sociales y humanas; lo que es equivalente al  lugar que ocupan ciencias básica como la química, la física o la biología frente a las ciencias e ingenierías o las ciencias de la salud. Sociología nunca tendrá grandes números de alumnos, pero debe ser claro para quienes dirigen la universidad que es un espacio de  investigación científica empírica de los problemas sociales para su compresión y transformación, el espacio del debate metodológico de las ciencias,  es la promotora de la interdisciplinariedad ante la complejidad de la realidad natural y social.
Sociología es una expresión de la idea constituyente de la universidad de formar profesionalmente con criterios políticos que ha presidido la universidad  durante tantos años; sociología  ciertamente ha promovido la solidaridad y la asociatividad como fundamento filosófico y axiológico de la propia experiencia universitaria cooperativa; sociología ha contribuido, desde su pequeño nicho, a la investigación, a la extensión y a la formación integral y crítica de nuevos generaciones de sociólogos, que siempre han sido reconocidos en el concierto de la disciplina en el país. Por ello el llamado es a reconsiderar la forma en que se ha de tratar el programa, permitiendo que se retome y pueda divulgar la ruta progresista, democrática y científica que venía consolidando esta facultad de sociología, de por si diferente a otros programas y facultades, pero siempre dispuesta a la interdisciplinariedad para la compleja realidad colombiana.