Una universidad como la Cooperativa de Colombia, de origen social y solidario, y que se declara poseedora de una visión integral de la compleja
sociedad contemporánea, preocupada por responder con creatividad, calidad
científica y técnica y con pertinencia
social e histórica a las exigencias aceleradas
del momento, es decir a los problemas auténticos
de la realidad nacional, debería, por lo menos consultar la opinión de la
comunidad universitaria su evidente decisión de terminar con el progrma de Sociología,
más aún cuando esta experiencia académica tiene en la Cooperativa cuarenta
años de existencia, y antecedentes en las instituciones que dieron origen a la
Universidad, en su etapas del originario compromiso solidario, hace más de
cincuenta años.
Pero veamos porque afirmamos lo anterior:
- ·En nuestro país y en la Latinoamérica vivimos una fase histórica de vinculación acelerada
y desigual, no sin traumas, a los procesos de la llamada globalización, tema eje de la discusión sociológica contemporánea, con
impactos diversos en la vida económica, tecnológica, ambiental y cultural, en la población de los
niveles locales, regionales y nacionales.
- Colombia, ante la expectativa de la comunidad internacional,
vive un momento trascendental de su historia: se negocia un probable final del
conflicto armado entre el Estado y grupos insurgentes que nacieron en el
conflicto social y han evolucionado atados a los problemas aplazados del mundo
rural, espoleados en la acción violencia por las degradantes anomias del sistema económico colombiano
e internacional. Seguramente viviremos
el llamado posconflicto, que está demostrado internacionalmente,
requiere que también las universidades y en particular la Cooperativa, se comprometan en el abordaje y solución
de los problemas de poblaciones que padecieron y padecen el conflicto interno. Este
hecho representará, por ejemplo, una oportunidad para el modelo solidario, a
condición de estudiarlo, entenderlo, promoverlo y transformarlo con apoyo en la
ciencia social en alianza con las demás ciencias y disciplinas.
-
Asi es que los temas del mundo rural colombiano
-abordados por la sociología rural- característicos
en cada región de nuestra multicultural sociedad, se colocan cada día más en el
centro de los temas nacionales y esto se profundizará si se llega a procesos de
superación del conflicto armado.
- Una universidad que advierta la importancia trascendental de
entender e incluir en los procesos formativos, los temas sociales, tales como los
cambios en la política, la dirección y administración de lo público, el sistema educativo, la organización laboral,
la participación ciudadana o las relaciones eco-sistémicas de la sociedad y la
naturaleza, o la religiosidad o el arte, pero también los procesos organizativos de la sociedad
civil local y nacional, los llamados nuevos movimientos sociales, como los movimientos juveniles, los de género,
las minorías étnicas y culturales o los LGTB, una universidad consiente de
esto, insistimos, no cerraría la facultad de sociología, donde estos temas tienen territorio natural, sin la menor consulta a la comunidad estudiantil y profesoral.
Ciertamente estos son temas dignos de polémica y estudio juicioso, como lo es todo
en nuestra realidad e historia nacional y por eso no se comprendería que con un
argumento no explícito y prejuicioso sociología se liquidara. Es que se dice en diferentes espacios que en sociología
son muy críticos, debaten la irrefutable visión oficial o apoyan la
organización para expresar preocupaciones de profesores, estudiantes, empleados
y hasta directivos divergentes de las visiones
construidas desde el centralismo. Es que es cierto que sociología es una ciencia
básica de lo social, y claro cuestiona desde los fundamentos el conocimiento
sobre las relaciones y hechos de la realidad. Pero no es democrático tatar de
callarla con medidas verticales, por el contrario se esperaría que se
permitiera el funcionamiento de los mecanismos reconocidos en todas las
sociedades modernas de debate racional, democrático y critico propio del medio
universitario, para tomar medidas que en lugar de acallar contribuyeran a
relanzar sociología en la UCC y en la sociedad, que tan oportuna y pertinente
sería para la propia universidad.
Decimos esto porque desconocemos realmente las razones que
ha tenido la dirección de la
Universidad
para excluir sociología de los procesos de ingreso de nuevos estudiantes, (
ver sitio web de la UCC ) de negar el acceso a nuevos aspirantes - que alcanzaron a llegar
a más de cien hace dos periodos- hasta cuando con una intervención improvisada
y hostil se inició el desmonte de lo alcanzado en varios años, mediante la
improvisación de profesores de cátedra, que pretendían remplazar los docentes dedicados
a investigación, intervención y docencia y la negación de matrícula a los
estudiantes nuevos admitidos, como ocurrio en este semestre.
Sociología en la Universidad Cooperativa de Bogotá, aportó
en los últimos años creando uno de los primeros grupos de investigación inscritos
y registrados en Colciencias, diseñó y ejecutó proyectos interdisciplinares en
alianza con las facultades de Administración, Derecho y finalmente diseñó con
Ingeniería proyecto para Colciencias, que desafortunadamente no alcanzó a ser
avalado por la dirección de la Universidad. Impulsó procesos de internacionalización y de
formación doctoral de docentes, con sus propios recursos. Igualmente se vinculó
académicamente y hasta contractualmente a entidades de la administración pública de
la Ciudad y de la región. Diseño una maestria de desarrollo local, apoyó procesos de organización de ciudadanos en
diferentes instancias y de formación de líderes sociales yde actores de
procesos de desmovilización del conflicto, aportando
así a la paz de la sociedad colombiana.
Y todo esto lo hizo un pequeño equipo de egresados con
vocación docente e investigativa, que inicialmente con trabajo voluntario
que aportaron teoricamente por cerca de dos años (2002-2004) para reactivar el programa, que una vez reactivada fueron apoyados por
profesionales que se vincularon , hasta lograr consolidar un equipo interdisciplinar, eficiente,
solidario y creativo que logró el
registro calificado en un proceso claro, sin dificultades, ni observaciones,
logrando el registro, que se debería revalidar el año entrante.
Nunca en el periodo en que este equipo estuvo coordinando
(2004-2012) la facultad de Sociología faltaron estudiantes para completar las
exigencias de la Universidad, por el contrario en algún momento promovió tres
periodos en un año para lideres sociales y cooperativos, experiencia que no fue comprendida ni respaldada por la
dirección seccional.
Pero cuando en el segundo periodo de 2012, una vez se intervino
la facultad, mediante subrepticias maniobras se impuso un coordinador que
previamente se separó deslealmente del proceso asociativo de naturaleza gremial,
para asumir la tarea de promover decisiones que tienen hoy el programa sin oferta
para nuevos estudiantes, es decir matándola por sustracción de nuevas
generaciones de estudiantes, de origen popular que tienen en la facultad de la
Universidad Cooperativa el único programa con horario nocturno y precio asequible.
Pero existen otros argumentos: el tamaño de la facultad,
seguramente no sería sostenible económicamente, cosa que no es cierta pues
siempre ha sido plenamente sostenible económicamente, aunque claro no arroja
excedentes enormes, tan solo pequeños; pero tampoco costos que exijan trasferencia
desde otras dependencia al interior de la universidad. Plantean en los
corredores que doscientos alumnos son muy pocos comparados con los promedios de
otras disciplinas y profesiones, que no son ciencias básicas. Pero es bueno que
se conozca qué programas de sociología son solo seis en Bogotá y solo 16 en el
país, y la mayoría con números de
alumnos mucho más pequeños, pero estos programas aportan a las universidades, que
los impulsan, comprenden y exigen en lo científico básico en lo social,
cultural e investigativo.
La sociología, debemos recordar es una ciencia básica
respecto a las ciencias y disciplinas sociales y humanas; lo que es equivalente
al lugar que ocupan ciencias básica como
la química, la física o la biología frente a las ciencias e ingenierías o las ciencias
de la salud. Sociología nunca tendrá grandes números de alumnos, pero debe ser
claro para quienes dirigen la universidad que es un espacio de investigación científica empírica de los problemas
sociales para su compresión y transformación, el espacio del debate metodológico
de las ciencias, es la promotora de la
interdisciplinariedad ante la complejidad de la realidad natural y social.
Sociología es una expresión de la idea constituyente de la
universidad de formar profesionalmente con criterios políticos que ha presidido
la universidad durante tantos años;
sociología ciertamente ha promovido la
solidaridad y la asociatividad como fundamento filosófico y axiológico de la
propia experiencia universitaria cooperativa; sociología ha contribuido, desde su pequeño nicho, a la investigación, a la extensión y a la formación integral y crítica de
nuevos generaciones de sociólogos, que siempre han sido reconocidos en el
concierto de la disciplina en el país. Por ello el llamado es a reconsiderar la
forma en que se ha de tratar el programa, permitiendo que se retome y pueda
divulgar la ruta progresista, democrática y científica que venía consolidando
esta facultad de sociología, de por si diferente a otros programas y
facultades, pero siempre dispuesta a la interdisciplinariedad para la compleja
realidad colombiana.