SE DERRUMBÓ LA UNIVERSIDAD CON ÁNIMO DE LUCRO

Qué bien: se derrumbó la iniciativa de promover universidades subordinadas a los intereses empresariales que no siempre coinciden con los intereses y las necesidades de sociedad y la naturaleza. La lógica del mercado no puede ser la fórmula para todo en la vida!. 

Si la universidad, controlada por los más poderosos intereses, se dedica a formar trabajadores para ese tipo  de empresa, tendríamos una generación de profesionales orientados con esa  lógica  de ganancia, partidarios ideologizados y acríticos del ambiente neoliberal de la llamada libertad total de mercado: estaríamos frente a la agresión cultural de unos intereses inmediatistas corporativos. 

Si, de otra parte, estas universidades promueven la investigación para los negocios orientados por la lógica del consumo desmesurado y la rentabilidad de esos grupos,  estemos seguros que las necesidades, ecosostenibles, presentes y futuras de la sociedad, estarían en un segundo lejano lugar: terminaríamos con una ciencia mercenaria que divulgaría exclusivamente los conocimientos que le sean favorables a la organización empresarial que los financia y guardando, o peor que terminaría escondiendo, los conocimientos y eventuales descubrimientos que les disgusten a los financiadores privados de la universidad. Por ejemplo (y me refiero a un caso ya ocurrido en el siglo XX) si los académicos de esas universidades crearan una tecnología que permitiera fabricar bombillos de larguísima duración y bajo consumo de energía, no es difícil adivinar que los financiadores la ocultarían, pues ese no sería conocimiento beneficio a sus intereses de vender y vender, pues producir cantidades es su  propósito  central,  así la consecuencia sea que se consuman recursos naturales en exceso e innecesariamente.   

Esa iniciativa nefasta, la derrotó la opinión pública liderada por las comunidades universitarias, estudiantes, profesores y directivos,  que creemos en la libertad de cátedra, de investigación y de creatividad, puestas al servicio de la sociedad presente y futura y nunca subordinada a los intereses mezquinos del dios mercado.

Si, que la de la universidad bajo el control de las corporaciones empresariales, se haya desechado, por ahora, es una muy buena noticia.